Los contextos laborales en la salud son espacios donde la elevada carga laboral, los recursos a veces limitados y las altas exigencias del trabajo exponen a sus trabajadores a desarrollar diversos trastornos de salud mental (estrés laboral, ansiedad, depresión, estrés post traumático, burnout o desgaste profesional, entre otros). Esto no sólo afecta al profesional: afecta también a sus familias, a los contextos laborales y al trabajo en equipo. También contribuye a un aumento en el ausentismo y rotación, y en último término dificulta entregarle a los/las pacientes un cuidado óptimo. Para contrarrestar estas dinámicas poco saludables, es preciso incorporar y desarrollar habilidades de autocuidado y regulación emocional, así como estrategias de comunicación efectiva y resolución de conflictos que promuevan la resiliencia tanto de cada individuo como de los equipos de salud en su conjunto.